Consejo Socialista de Gestión de Trabajadoras y Trabajadores Corpoelec Aragua

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viernes, 15 de marzo de 2013

Reglas Básicas para Ser un Mejor Trabajador y Trabajadora

Ser un Trabajador y Trabajadora exitosa no es cuestión de azar ni una tarea que se puede delegar a un tercero. Para asegurar un trabajo y destacar en éste, el primer paso es asumir el control de cómo te desempeñas diario en la oficina.
Nosotros los Trabajadores podemos caer en el error de pensar que seremos exitosos o tendremos el trabajo de nuestros sueños sólo por ser buenos en lo que hacemos. La competencia en el mercado laboral demuestra lo contrario: el mejor puesto puede estar en manos de quien no acabó una carrera. Para sobresalir se necesitan otras cualidades, como entender en su totalidad la empresa donde se trabaja y ganarte la confianza de personas clave en la organización.
Tener un desempeño destacable implica ejercer otro principio básico: planificar tu crecimiento laboral, ver la carrera como un proyecto en curso, y darse a la tarea de definir hacia dónde quieres ir, por qué y cómo lo harás. Tener una idea de los pasos a dar en cinco años ayuda a realizar movimientos laborales certeros, sin embargo, además de escribir esas metas, hay que trabajar diario en algunos hábitos que permiten mejorar en la oficina, entre éstos observar lo que te quita y suma puntos como profesionista.
Una encuesta realizada por la Línea de Investigación Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” refirió que el 96 % de un universo de 5000 Venezolanos Trabajadores entrevistados aspiran tener el puesto de Trabajo Ideal. Existen reglas que pueden ayudar a cumplir ese cometido, y también permiten trabajar una carrera exitosa. El Abg. Lcdo.  en Adm. RRHH y Msc. en RRHH Juan Luis Pérez, Coordinador Línea de Investigación Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” menciona los siguientes puntos:
1. Vigila tu reputación interna. Significa cuidar cómo te manejas en la organización y la imagen que deseas proyectar. Si quieres que te ubiquen como alguien responsable, entonces no puedes darte el lujo de llegar poco preparado a una junta. Otro ejemplo: si buscas que tu perfil se relacione con el de alguien serio, mucho cuidado con perder la cordura en el brindis de fin de año.
2. Gánate la confianza. En lo personal y en el ámbito empresarial, a la gente se le conoce por cómo reacciona en una crisis. Si en la oficina hay un problema económico o un bomberazo de trabajo, los jefes esperarían disposición de tu parte para ayudar en esa situación. Asumir la actitud de “ese no es mi asunto, háganle como puedan, yo me voy a las 6:00 en punto”, te resta puntos.
En los momentos difíciles, el director se percata con quién cuenta realmente, el profesionista que ‘da la espalda’ es descartado para cualquier promoción en el futuro.
3. Sigue el código empresarial. En toda compañía hay uno, es decir, reglas que -aunque no estén escritas- conforman la convivencia en la oficina. Identificar esos aspectos y seguirlos (si te interesa hacer carrera en ese lugar) facilita tu desenvolvimiento laboral.
En este tipo de código hay aspectos conocidos por todos, como evitar enfurecer al jefe. Si optas por arrebatar la palabra a un superior, desafiarlo continuamente y marcar sus errores (con seguridad los tiene) te verán cómo alguien totalmente fuera de lugar. “El protocolo empresarial debe seguirse, y si hay diferencias, hay que buscar otra forma de corregirlas que no esté relacionado con retar al otro en todo momento”, explica Leticia Pérez.
4. Toma las riendas de tu desarrollo. Es un punto crucial. Hay que grabarse esta consigna: la empresa no es responsable de tu capacitación, tú lo eres, y los escenarios cambiantes demandan que aprendas – continuamente- otras capacidades y habilidades, de lo contrario, estarás obsoleto. Crea un plan de destrezas nuevas a desarrollar, según tus metas planteadas.
5. Súmate a los compromisos. Mucha gente, ante un problema laboral, reacciona con la frase “tienes todo mi apoyo moral”, comenta Ortega. Aquí el tema es que las empresas no buscan (exclusivamente) ayuda de ese tipo. El nivel de compromiso se mide por acciones, no por lo que dices que harás, o por dar una palmada en la espalda y fingir que nada pasa en la oficina.
6. Maneja con arte tus relaciones. Tú puedes ser el mejor vendedor (o cualquier oficio) en la empresa, pero si no hay buena relación con los compañeros, con seguridad no serás la opción a elegir cuando se desocupe un puesto estratégico.
Resulta que para esas posiciones, además de entender la dinámica de la compañía, hay que llevarse bien con los demás. Ser el que “siempre busca comerse el pastel solo, evidenciando las carencias de otros, funciona un tiempo; a la larga, la gente termina por dejar a la persona sola y eso pone en riesgo la permanencia de cualquiera en un puesto”.
7. Cuida tu imagen. Pareciera un aspecto poco relevante de enlistar (en el sentido de que las personas tienen valía por lo que saben y no sólo por cómo lucen), pero no es así. Desde los primeros días en una organización debes cuidar la forma de lucir, y recuerda: si quieres ser un Buen Trabajador, hay que empezar a vestirse de una forma acorde. 
Msc. en RRHH. Abg. Lcdo. Juan Luis Pérez, Coordinador Línea de Investigación Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”

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